Las palmeras debe disponer adecuadamente los raques, cenizas, lodos y garantizar el eficiente funcionamiento de las plantas de tratamiento de aguas residuales.
El director de la corporación ambiental Cormacarena Joaquín Patarroyo, tiene en jaque a las empresas palmeras apostadas en la región, pidiéndoles que hagan la disposición adecuada de los residuos por la extracción del aceite de palma y frenen la contaminación que están produciendo.
El pasado 8 de febrero había ordenado el cierre de 8, de las 18 plantas extractoras de aceite de palma que funcionan en el Meta, decisión en contra de las empresas Unipalma, Manuelita, Guaicaramo, La Cabaña, La Reserva, La Mejorana y Palmar del Oriente.
El cierre lo ordenó por la disposición inadecuada de raques, ceniza y lodos, porque las empresas palmeras están dejando que se descompongan al aire libre y además sus sistemas de tratamiento de aguas de origen industrial, no son eficientes y están funcionando mal.
“Nos hemos reunido con 4 de ellas para llegar a un punto de acuerdo en un plan de cumplimiento que se va a imponer desde la corporación para el tema de disposición final de residuos”, dijo Patarroyo.
La disposición inadecuada de los residuos está generando contaminación en los caños cercanos a las plantaciones de palma, por eso el director pide que se techen e impermeabilicen las zonas donde se están dejando los residuos.
“La disposición inadecuada del raques, ceniza y lodos es un proceso que ellos llaman compostaje, yo lo llamo de putrefacción de materia orgánica y está generando lixiviados que contaminan los cuerpos de agua”.
Las empresas deben continuar con el diseño de un plan de cumplimiento o si no corrigen, la sanción puede ser desde multa hasta el cierre, como ya les pasó a las antes mencionadas, quienes continúan con el proceso sancionatorio.
Humberto Torres, presidente del Comité Intergremial del Meta y representante del sector palmero, informó que el gerente de la Federación de Palma (Fedepalma), Jens Mesa, participó en una de las reuniones con Cormacarena.
“No es fácil cumplir en corto tiempo los requerimientos de la autoridad ambiental”, expresó.
Torres admitió que hay diferencias de criterios porque algunos subproductos son residuos peligrosos para Cormacarena, mientras para Fedepalma son abonos orgánicos.
Advirtió que si se llegan a cerrar las plantas extractoras de aceite, más de 20.000 trabajadores quedarían cesantes en el departamento.
Desde diciembre de 2009 la corporación ambiental y varias empresas palmeras firmaron un convenio de voluntades de producción limpia, donde se resolvía en 6 meses los problemas que pudieran estar surgiendo, pero a mayo de 2010 no se evidenciaron avances, por eso en junio del mismo año acabaron con el convenio y se producen las sanciones conocidas.
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